miércoles, 1 de septiembre de 2010

Las vivencias nos estructuran


Para entender el sentido de las respuestas biológicas bajo el principio de la Goma o el Tintero, que explique anteriormente, traigo un ejemplo donde, con la pregunta “en mis hobbies ¿favorezco las actividades de grupo o las actividades individuales?”, la respuesta nos remitirá a una forma de resolución específica. Las actividades en grupo se relacionan con el efecto tintero (de llenar), las actividades solitarias al efecto goma (de borrar).

Esto puede ir evolucionando en nuestra vida. Probablemente si nos gusta el grupo es porque hemos tenido vivencias donde nos hayan separado, por lo tanto estoy bien cuando estoy en relación.

En las actividades en solitario, “la otra persona me molesta, me agrede”, necesito encontrar la fuente del bienestar cuando estoy solo. Algunas personas, para conocer a Dios pueden entrar al sacerdocio con una comunidad o ser ermitaños. ¿Necesito al otro para no sentirme separado? ¿O necesito poner distancia y estar solo para poder caminar?

Necesito estar solo es Goma (el borrador). Necesito estar en relación es Tintero. Son dos estructuras completamente opuestas.

Necesito estar en relación es Tintero. Aquí seria incompatible, “no puedo contactar conmigo si hay alguien más”. Es como si estuviera descentrado, se está orientado hacia el otro. Para reencontrarse necesita estar en relación, cuando se está relacionándose se encuentro bien.

Esto indica que hay dos historias diametralmente opuestas y tienen una explicación muy sencilla, :

  • Si la persona está estructurada con respecto a relaciones violentas, buscará estar sola para estar en contacto consigo mismo. La vivencia entonces referirá a un conflicto de agresión.

  • Si ha sido abandonada y está sola, entonces necesita estar en relación para sentirse bien, para sentir que existe. La vivencia referirá a un conflicto de separación.

Callar o levantar la voz


Cada uno de nosotros, según las vivencias experimentadas, podemos tener una respuesta de borrar (Efecto Goma o Borrador) o de llenar (Efecto Tintero) en múltiples niveles, inclusive, más allá de lo biológico.

Ejemplo. Si se habla alto lo importante está en el contacto, se busca la relación. Si no se habla y se guardan los pensamientos para uno mismo, se puede ser simplemente frívolo o venir de alguna vivencia.

En relación a la injusticia, podemos ver que hay personas que nunca expresan sus opiniones y hay personas que están constantemente poniendo su voz en alto. Los que callan pueden justificarlo de una forma filosófica, diciendo “no sirve de nada hablar”, pero otros pueden también decir “la injusticia hay que pararla, voy a levantar mi voz”.

Muchas veces lo que se presenta bajo una forma filosófica, solo es una justificación superficial de un sufrimiento íntimo. Antes que decir “tenía miedo de mi padre” decimos mejor “no sirve de nada expresarse”.

Los que callan están respondiendo al principio de la Goma. Los que hablan alto con el principio del Tintero.

El síntoma nos da lo que necesitamos



Me gustaría hablarles de una paciente que hace acúfenos y me dice:

—Me pasa cuando mi marido me grita —dice la mujer.
—¡Qué extraño!, porque cuando alguien te grita puedes sentirte agredida, por tanto, deberías estar sorda —le contesto, ya que biológicamente buscamos alejarnos de lo que nos agrede y la sordera nos lo permite (Efecto de Goma o Borrador).

Entonces, hacemos el protocolo terapéutico de la Bisagra y, ¿cuál es su vivencia?

—Estoy separada de las palabras que yo quisiera escuchar —me dice—. No me agrade lo que dice, además le puedo responder, no tengo miedo de él, pero preferiría escuchar palabras de amor.

Ella ya había expresado esto cuando describió su acúfeno:

—¿Cómo son tus acúfenos? —le pregunto.
—¡oh!, son muy dulces —me responde.

Esto me dio una idea de que ella estaba separada de un sonido dulce, suave. Su esposo le grita, pero no se siente agredida. Busca un sonido más dulce. El acúfeno le da lo que ella necesita.

Olla a presión



Frente a nuestra incapacidad de encontrar una solución concreta y conciente ante un bio-shock, el inconciente biológico toma las riendas e inventa una vía suplementaria de supervivencia: lo que llamamos un síntoma. Es una re-solución, inconciente e involuntaria.

A continuación doy un ejemplo del mecanismo, donde el síntoma (Acúfenos o Tinnitus) se pone al servicio de la estabilidad mental de la persona.

Una persona oye como un silbido dentro de su cabeza como de "ollas a presión". Esta persona tiene miedo de volverse loca, de explotar. Cuando está escuchando el silbido está soltando la presión poco a poco, entonces, el miedo a enloquecer y explotar se reduce.

La descripción del acúfeno nos da una información de lo que “yo no quiero estar separado de…”, “… o “de lo que quiero estar separado...” lo que permite encontrar con más precisión el evento de origen o Conflicto Programador.

Zumbidos de abeja


Todas las enfermedades se adaptan a una situación muy precisa y por ello su reacción es, a su vez, muy específica. Me he dado cuenta que ante un acúfeno hay que pedir a la persona que especifique muy bien que tipo de acúfeno tiene.

Un ejemplo,


Una persona tenía un acúfeno, como un zumbido. Le pregunto desde que edad lo tiene y me dice que desde la edad de 40 años. Le pregunto a la señora “¿Qué ocurrió con 20 años?” me dice “muere mi padre”. Empieza a llorar… y le pregunto que profesión tenía su padre, me dice que era apicultor. Y ¿Cuál era el mejor momento que tenías con tu padre? Y ella contesta “cuando íbamos cerca de las colmenas, mi madre no me dejaba estar cerca de mi padre, porque tenía miedo de las abejas. Con las colmenas estaba con mi padre”. Y claro, allí había muchos zumbidos.

Entendimos el sentido biológico. Cuando ella oye los zumbidos está con su padre. Durante la sesión los zumbidos desaparecen y aparece otro acúfeno, es como si oyera ruido de circulación. Le pregunto: “¿tu padre conducía mucho, hacía mucha carretera?” Me dice “No, no. Murió de un accidente cerebral circulatorio”.

El insoportable silencio



A partir de un bio-shock, de un evento excepcional, imprevisible e inesperado, para la cual nuestro cuerpo y psiquismo no está preparado ni encuentra una solución conciente, la biología inconciente reacciona y busca una re-solución.

Con los acúfenos, el conflicto refiere a que “el silencio se hace insoportable”. Como reacción biológica entonces se fabrica sonido:

Una mujer se va una semana a Egipto con su marido, y el último día la mujer está preparando la maleta.

—“¿No preparas tu maleta?” —ella le pregunta a su marido.
—“No, a mí me gusta mucho este país, me quedo…” —responde el marido.
—“Estás vacilándome ¿no?, tomamos el avión en tres horas” —ella le responde.

El marido se va a quedar en Egipto sin dar explicación alguna. Regresa a Francia sola y piensa: “…bueno, me va a llamar….” Pero no recibe ningún signo de vida de su marido.

Al cabo de tres años el hombre regresa a casa.

—“…Pero ¿qué has hecho durante todo este tiempo?” —ella le pregunta.
—¿Quieres que me vuelva a ir?” —le responde él.

Está tan contenta de que haya vuelto que no dice nada.

—“¿Qué hay para comer? ¿Qué hay en la televisión esta noche?” —el marido le pregunta.

Y la vida continúa como si no hubiera pasado nada. Pero ella está separada de una explicación que necesita, luego de tres años de silencio.

Unos años más tarde muere el marido. Ella le quería mucho. Su pérdida le trae otro silencio. Esta mujer me comentaba que hay diferentes calidades de silencio: el silencio angustioso mientras él estaba en Egipto, porque no sabía si iba a volver. El silencio mientras estaba él aquí, pero donde había algo a lo que ella no podía acceder, que la separaba de su marido. Y ahora está el silencio del esposo ha fallecido, es un silencio muy vacío.

Hay sinfonías de silencio. También hay silencios muy amorosos, hay silencios llenos de paz,… para ella todo estos silencios son insoportables. Ella fabricaba ruidos en su oído, lo que llamamos acúfenos y hacía trampa con su biología.

Podríamos creer que hay muchos inconvenientes por tener acúfenos, pero hay una ventaja, mientras está el acúfeno, no está el silencio de la ausencia del marido.

La sordera como solución



Un hombre está en coma en el hospital. Ha tenido un accidente automovilístico. Su esposa y su madre están en al pie de la cama y se odian, están chillándose la una a la otra, recriminándose a gritos. El hombre, pese a su estado, escucha todo a su alrededor. Entonces entra en la habitación su amante, y la mujer odia a la amante y su madre también y discuten entre ellas. Se sucede su bio-shock. Cuando unos días más tarde sale del coma, está completamente sordo y los médicos no entienden. Fisiológicamente no hay explicación para ello. Él no tiene sordera con los ruidos mecánicos, puede oír la puerta cuando se cierra, pero con las voces humanas le es imposible. El hombre se siente culpable, quiere a cada mujer, pero no al mismo tiempo, y no quiere hacerles daño. “si por lo menos, no hubiera escuchado…, si simplemente hubiera tenido este síntoma antes de que se encontrarán, no me sentiría culpable”.

La sordera será específica. Si no oímos bien los sonidos agudos puede estar asociado con la voz de una mujer. La voz grave será más bien asociada a una voz masculina. En función de la sordera podemos hacer la hipótesis del conflicto. La sordera no es un a fatalidad para este hombre y, en este caso, es una solución al evento que presenció sin querer y en total indefensión.