sábado, 30 de abril de 2011

Doble vínculo



Un consultante tiene a sus padres divorciándose, y el padre es muy violento. Él está con su madre durante muchos años, todo va bien, y una mañana, oye un coche que se para delante de la casa, la puerta se abre, su padre entra frenético, lo agarra con mucha fuerza y le dice: “mira a tu madre, porque ya no la vas a volver a ver”. Y se lo lleva fuera. Es el shock más grande de su vida, está separado de su madre y agredido por su padre. Hoy en día tiene 55 años y tan pronto tiene una relación con quien sea, rápidamente tiene miedo. Por lo tanto se aleja de la relación, pero se siente solo. Porque la primera experiencia ha sido estructurante y ha generalizado todas las demás relaciones.

“Tan pronto estoy en relación estoy mal, cuando me alejo de esta relación, también estoy mal” dice. Vamos a encontrar este fenómeno en las enfermedades psiquiátricas. Es lo que llamamos “doble vínculo” (situación comunicativa en la que una persona recibe mensajes diferentes o contradictorios. Bateson, G., Jackson, D. D., Haley, J. & Weakland, J., 1956, Toward a theory of schizophrenia).

Es lo que vive, por ejemplo, una persona con episodios alternados de bulimia y anorexia: si no tengo comida no estoy bien, pero si tengo comida, tampoco. La persona experimenta un mismo resultado tanto para lo que es positivo como para lo negativo.

Por lo tanto aquí tendremos que trabajar terapéuticamente con los dos momento de la historia y los dos mensajes contradictorios que experimenta el consultante (mira a tu madre / no la vas a volver a ver), tomando uno primero e ir hasta el fondo de él para luego tomar el otro y hacer lo mismo, buscando la solución a las dos necesidades fundamentales que se encuentran insatisfechas.

Biológicamente la persona está debatida entre dos reacciones de adaptación, como alguien que padece insomnio (conflicto de separación) y alguien que duerme demasiado (conflicto de agresión).

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